Durante las jornadas modernistas, si desea probar menús modernistas, puede hacerlo en los siguientes restaurantes:
- AIRES DE LOLA 938 07 48 45
- CALÀBRIA 938 53 80 05
- EDELWEISS 938 41 81 24, diumenge dia 9/10
- EL CARRIL 938 71 83 48
- EL RACÓ 646 58 48 05
- EL MINI, LA GARRIGA 93 019 02 48
- JOVI 938 71 70 68
- LA GARRAFA 938 71 78 85
- PIZZERIA 1900 93 840 59 09
- TERMES LA GARRIGA 938 71 70 86, solo para la Cena de gala modernista del sábado 8/10
- VINÒMIC 931 29 82 70
El veraneo, como fenómeno social y cultural, fue un agente transformador del paisaje urbano y social desde finales del siglo XIX.
Si la arquitectura modernista de las casas ha sido la expresión del estilo de vida burgués, el tipo de cocina que practicaban y consumían las familias veraneantes era también un indicador del estatus social que ponía de manifiesto el abismo entre la vida rural de las familias locales, con las que venían burguesas que venían de fuera.
La cocina modernista, tiene elementos de la cocina popular, la que cocinaban las mujeres que trabajaban como cocineras en las casas de veraneo, combinada con cierta sofisticación de que las señoras solían enseñarles nuevas recetas para que incorporaran recetas más lujosas y sofisticadas, que incorpora recetas de la cocina francesa.
En palabras de Jaume Fàbrega, historiador y autor del libro "La cocina modernista", "la grandeza de la cocina modernista fue que unió la tradición francesa con las recetas catalanas de toda la vida y así nació nuestra gastronomía moderna". "Catalunya miraba mucho hacia el exterior, especialmente hacia Francia, y esto fue muy enriquecedor".
Así, durante el modernismo nacieron y se consolidaron algunos de los platos más típicos como el "fricandó", la "escudella i carn d'olla", la butifarra con judías secas, "el suquet" de pescado o el arroz en la cazuela. Platos que perviven todavía en las cocinas de los principales restaurantes de cocina catalana.