Illa Raspall
Con el nombre de Illa Raspall es conocido el conjunto de cuatro edificios aislados que configuran el espacio delimitado por el Passeig y las calles del Figueral, Caselles y Manuel J. Raspall. De las seis manzanas Raspall que, entre los años 1906 y 1914, edificó en la Garriga el arquitecto homónimo, ésta, cronológicamente la cuarta, es la única que ha llegado en su total integridad hasta nuestros días.
Se trata de un conjunto único en la arquitectura modernista catalana: cuatro edificios aislados, proyectados por el mismo arquitecto y dentro de la misma manzana de casas, edificados en un período de tiempo muy corto (1910-1913) y muy representativos de la primera etapa modernista en que se divide la obra de Manuel J. Raspall, la de mayor interés dentro de su trayectoria.
Además, el conjunto se encuentra situado en un espacio emblemático de la población y ejemplifica las radicales transformaciones que, en el momento de su construcción, estaba viviendo el núcleo de la Garriga, su paisaje, su territorio y su sociedad. La Illa Raspall está situada a 50 metros de las escaleras que conducen a la estación de tren y justo al inicio de la gran arteria del veraneo garriguense: el Passeig. Por tanto, se trata del espacio culminante del gran ensanche burgués, el cual, inevitablemente, cambiaría los aspectos definitorios de un entorno tradicionalmente agrícola.
Las casas que forman la Illa Raspall son, por orden cronológico: la casa Barbey, la Bombonera, la Torre Iris y la casa Barraquer. Las tres primeras se iniciaron en el año 1910 y, la cuarta, en el año 1912. Así mismo, la casa Barbey y la casa Barraquer fueron promovidas por destacados miembros de la burguesía barcelonesa, mientras que la Bombonera y la Torre Iris (único edificio plurifamiliar de la manzana, con tres viviendas) fueron construídas por la garriguense Cecília Reig, con el objetivo de alquilarlas como segunda residencia.
Los cuatro edificios mantienen una unidad estilística evidente, que destaca especialmente por el tratamiento unitario de la valla del jardín, visible en el paredado, el revestimiento de "trencadís" (del color predominante en cada casa), los perfiles ondulados que coronan los paredados y el "cop de fuet" de las rejas y portaladas de acceso, con omnipresentes motivos vegetales.
Las casas de la Illa Raspall
Casa Barbey.
Es la obra más importante de Manuel J. Raspall. Del exterior destaca sobretodo la cubierta, a cuatro niveles y con tejas vidradas que dibujan formas geométricas, la gran torre-mirador, el reloj de sol sonriente de la fachada sur y el magnífico Sant Jordi de "trencadís" de la fachada de poniente, realizado por Lluís Bru. En el edificio predominan siempre los tonos marrones.
En el interior, destaca por su grandiosidad, riqueza de espacios y elementos decorativos: zócalos, "arrambadors", columnas, yesería, pinturas, mosaicos...Y son fantásticas la salamandra-hogar del vestíbulo del primer piso y el hogar del comedor, ambos con un destacado trabajo de "trencadís" y, la última, con preciosos detalles de forja y un gran escudo de Catalunya acompañado de referencias verdaguerianas.
La Bombonera.
Al margen del predominio de los tonos verdosos, destacan sobretodo los preciosos esgrafiados con motivos florales, el preciso trabajo de la madera en las persianas de "llibret", los arcos de medio punto, elípticos y "carpanells" -por primera vez en la obra de Raspall- y el bonito farol de hierro y cristal impreso, así como la galería de la fachada de poniente.
Torre Iris.
La decoración exterior de la casa, siempre con tonalidades amarillentas, es especialmente destacable por los esgrafiados y los detalles de las rejas y el trabajo de la forja.
En la fachada norte, toma importancia el balcón corrido, la barandilla del cual enlaza con el balcón triangular y revestido de "trencadís" en la planta superior.
Casa Barraquer.
Es el edificio menos modernista de todo el conjunto. Los detalles decorativos están mucho más contenidos que en el resto de casas, tanto por lo que refiere a los esgrafiados, como a los detalles de los botones cerámicos vidriados, como a la forja. La valla incluso es de perfil recto y no ondulado. En esta casa predominan las tonalidades azules, enlazando con la búsqueda de la mediterraneidadque proponía el incipiente Noucentisme.