El Santuario de la Virgen de Puiggraciós ha sido declarado Bien Cultural de Interés local.
La iniciativa fue una propuesta del Ayuntamiento de Figaró Montmany, término municipal en el que se encuentra el santuario, con el objetivo de proteger y conservar este conjunto histórico, tal como indica el Catálogo de bienes protegidos del POUM respecto a los grados de protección 1 .
Esta declaración se justifica en varios aspectos:
- El santuario es un lugar de referencia natural, cultural y espiritual para todo el territorio que le rodea.
- Es un espacio religioso con vida comunitaria activa.
- Dispone de servicios de buena calidad que garantizan el acceso y el uso público: un buen camino de acceso para vehículos, aparcamiento general y otro para personas con movilidad reducida y hospedería, que favorecen la presencia de visitantes en el y largo de todo el año.
- La afluencia continua al santuario en fines de semana y durante los días señalados convierte el monte en un lugar de acogida para cualquiera que se acerque independientemente de su religión.
- El santuario albergó a lo largo de su historia importantes elementos del patrimonio artístico, como fue la imagen gótica de la Virgen o el espectacular retablo barroco, que aunque no se conservó, demuestra el interés que hubo para dotar al santuario de piezas artísticas de primer nivel.
- El santuario y su entorno dieron lugar a un rico patrimonio inmaterial en forma de composiciones musicales, novelas y encuentros populares. Sin duda la novela Los baches salvajes, de Raimon Casellas, ha sido la obra que hizo más popular este lugar.
Este paso en la defensa y protección del Santuario llega el año en que se conmemoran los 50 años de presencia benedictina en el Santuario, ya que desde 1973, una pequeña comunidad de monjas benedictinas del monasterio barcelonés de Sant Pere de les
Puel·les cuidan del Santuario. Desde el pasado mes de septiembre y hasta septiembre de 2024, se organizarán decenas de actividades conmemorativas.